Las fiestas de primavera en general, y la Semana Santa en particular, se han visto duramente afectadas por la situación de pandemia causada por el COVID-19. Muchos son los sectores dañados por esta crisis, pues como ya hemos apuntado en algún artículo, la Semana Santa lleva consigo un amplio elenco de oficios de los que derivan innumerables puestos de trabajo, y con ello, gran parte del presupuesto de empresarios autónomos que centran su labor en torno a nuestra fiesta mayor.
Artesanos, orfebres, doradores, escultores, bandas de música, sastres de confección de uniformes, Consejo de Cofradías, hermandades, abonados de las sillas y palcos, hosteleros, restaurantes y un sin fin de profesiones, se han visto damnificados por la situación, teniendo en muchos casos intereses contrapuestos ; y les guste o no, están absolutamente condenados a entenderse.
Quizás ha llegado la hora, para variar, de remar en la misma dirección y mirar por el interés colectivo antes que por el particular. Pero TODOS.
Desde la declaración del estado de alarma, asistimos a una serie de comunicados, escritos, acuerdos y decisiones individuales que muchas veces encierran de manera velada un afán de revancha y ajustes de cuentas personales, y otras, una sed de notoriedad personal o profesional. Todo por un interés individual, sin mirar las consecuencias de esos actos, y si ello perjudica o no gravemente al prójimo.
Ante esta situación, echo de menos una serie de medidas colectivas para paliar los efectos negativos de esta crisis del sector. Propongo una serie de medidas económicas y sociales para reactivar y poder normalizar cuanto antes la situación.
- CREACIÓN DE PLATAFORMA DE AFECTADOS.
Incluir en esta plataforma todos los sectores y actividades de profesionales cuyo fin principal o su mayor parte del presupuesto derive de la Semana Santa tal y como se venía celebrando hasta nuestros días. Para ello, habría que establecer los mecanismos de control y justificación correspondiente para el acceso a la plataforma.
- ACUERDOS CON ENTIDADES FINANCIERAS PARA LA CREACIÓN DE LÍNEAS DE CRÉDITO.
No es ajeno al mundo financiero el hecho de llegar a acuerdos con determinados sectores de profesionales para conceder créditos personales en condiciones mucho más favorables que si lo hicieran a titulo particular. Con ello, todos los profesionales incluidos en este sector de la Semana Santa, podrían solicitar, si lo estiman oportuno, liquidez económica en optimas condiciones financieras.
- PARTIDAS PRESUPUESTARIAS EXTRAORDINARIAS.
Debe la Junta de Andalucía crear una partida presupuestaria de carácter extraordinaria, para paliar los perjuicios recibidos en los distintos sectores dependientes de la Semana Santa. Es para ello indispensable la dotación de un fondo de reserva común para la solicitud de subvenciones reguladas y vigiladas por órganos autónomos.
- AJUSTES FISCALES PARA PROFESIONALES DEPENDIENTES AFECTADOS.
La mayor parte de los damnificados son empresarios autónomos que ven como sus obligaciones fiscales ahogan sus posibilidades de subsistencia. Y con ello, un gran número de puesto de trabajo que se pierden ante esta situación. Es necesario un acuerdo fiscal que permita el aplazamiento de las cuotas de autónomos, pagos fraccionados de Iva y permita mejorar sus condiciones fiscales hasta poder revertir la situación empresarial.
- CONSTITUCIÓN DE MESAS DE MEDIACIÓN Y ACUERDOS DE SOLUCIÓN PARA PROBLEMAS ESPECÍFICOS.
Con el respaldo del Ayuntamiento y el Delegado de Fiestas Mayores, es necesario establecer mesas de diálogo y negociaciones internas con los distintos sectores que puedan tener intereses en conflicto. Todo ello, dirigido por profesionales que de manera gratuita, y sin que tengan o hayan tendido pertenencia a ningún sector de los afectados, (bandas, hermanos mayores, miembros del consejo, cargos públicos…), puedan llegar a acuerdos satisfactorios en los que haya el menor perjuicio para los interesados. Partiendo de la base, eso sí, que todos tendremos que hacer concesiones por el bien común.
- MEDIDAS DE REACTIVACIÓN DE TODAS LAS ACTIVIDADES.
Ante la situación de incertidumbre en la que nos encontramos, donde es difícil saber como podrán comportarse los distintos sectores cofrades hasta la definitiva erradicación del virus, todos los interesados deben empezar a tomar medidas de reactivación de la actividad y así dinamizar su vuelta a la normalidad. Ejemplos como ensayos de bandas de música o costaleros, donde existe un mayor contacto físico y número elevado de participantes, exigen la toma de medidas de seguridad necesarias para minimizar el riesgo de contagio.
Con estas mediadas, y estando abiertos a otras que puedan proponer los distintos sectores sociales y profesionales, pero siempre partiendo de la solidaridad y el sacrificio común, podemos evitar que ciertas profesiones o ciertos sectores queden gravemente dañados. Con la ayuda de todos, es posible.
Rafael Bescansa.
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